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El masaje no es un lujo: es regulación interna

  • Foto del escritor: Vanessa Cordero
    Vanessa Cordero
  • hace 11 minutos
  • 2 Min. de lectura

Durante mucho tiempo nos han vendido el masaje como un “capricho”: algo que una persona se da cuando puede, como un premio o un momento de mimo.Pero cuando miramos la fisiología de cerca, el cuerpo cuenta otra historia.

Para el organismo, el masaje no es un extra.Es una forma organizada de activar los sistemas que se encargan de recuperar, reparar y equilibrar.


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1. El cuerpo no entiende de caprichos, entiende de señales


Cada vez que alguien recibe un masaje, millones de receptores en la piel, músculos y fascia envían información al sistema nervioso.Esa información le dice al cuerpo:

“Puedes soltar. No hace falta seguir en modo defensa.”

En respuesta, el sistema nervioso autónomo ajusta:

  • la respiración

  • el tono muscular

  • la circulación

  • la percepción del dolor


Lo que sentimos como “qué alivio” es, en realidad, una reorganización interna.



2. Del modo defensa al modo restauración


Cuando vivimos con estrés, prisas o tensión emocional, el cuerpo entra en lo que podríamos llamar “modo defensa”:músculos más contraídos, respiración corta, mandíbula apretada, digestión más lenta, sueño superficial.


El masaje adecuado envía el mensaje opuesto: presión precisa, contacto continuo, ritmo constante. Eso hace que el sistema nervioso cambie de marcha y pase a “modo restauración”:


  • los músculos dejan de gastar energía en estar tensos

  • la fascia recupera deslizamiento y movilidad

  • el cerebro recibe señales de seguridad

  • el cuerpo vuelve a sentir que puede descansar de verdad


No es solo relajarse: es redistribuir recursos.



3. El gasto de energía oculto que el masaje libera


Los músculos tensos no solo duelen: consumen energía.Mantener un tono alto todo el día supone un gasto constante que muchas veces no notamos… hasta que estamos agotados.


Cuando el masaje reduce ese tono innecesario:


  • baja el “ruido de fondo” muscular

  • el cuerpo deja de sostener cargas antiguas

  • se libera energía para otras funciones: concentración, creatividad, descanso, digestión…


Por eso muchas personas, al levantarse de la camilla, dicen:

“Siento como si el cuerpo respirara por primera vez en semanas.


4. El tacto también habla con las células


A nivel profundo, la presión y el movimiento no solo afectan a músculos y articulaciones.Las células también responden al estímulo mecánico: se reorganizan, ajustan su actividad y mejoran la calidad del tejido.


Esto se traduce en:

  • más sensación de ligereza

  • mejor movilidad

  • menos rigidez

  • tejidos que “cooperan” en lugar de bloquearse


Desde fuera se ve “solo” como unas manos trabajando.Desde dentro, es una actualización completa del sistema.



5. No es un lujo: es cuidado inteligente


Por todo esto, el masaje no debería verse como un lujo esporádico, sino como una herramienta de higiene interna, igual que:


  • cuidarse el sueño

  • alimentarse bien

  • hacer movimiento suave

  • aprender a gestionar el estrés


No se trata de “darse un capricho de vez en cuando”, sino de permitir que el cuerpo vuelva regularmente a su punto de equilibrio.


En Serenity, cada masaje está pensado justo así:no como un rato agradable aislado, sino como una sesión de regulación interna para que el cuerpo pueda volver a funcionar como está diseñado.


Este contenido es informativo y no sustituye a un diagnóstico ni a un tratamiento médico.

Si tienes dolor intenso o dudas sobre tu salud, consulta con un profesional sanitario.

 
 
 

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